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lunes, 31 de diciembre de 2007

Miro


Miro desde mi escondite la noche infinita en este cerro que se ha hecho mi hogar, sueño que soy parte de ella y recorro feliz sus calles, sonriendo con confianza a las gentes que me saludan y me invitan a comer, imagino que a mis 8 años les causo ternura y mas de alguno me estrechará en sus brazos dandome cariño y acariciandome el cabello, besando suavemente mi frente...
Luego, miro las estrellas, las luces de las casas y las calles, miro la vida nocturna y de golpe recupero mi realidad y me escondo…
Me escondo de sus garras, que me tira a jirones y despoja de mi cuerpecito pequeño la ropa vieja que ando trayendo, me escondo de él, quien sabe por donde habito, quien sabe que yo existo.
Me escondo de su morbo, de su mente, de sus manos, de sus brazos.
Miro desde mi escondite como se mueven unos zapatos viejos, que tropiezan por el alcohol, es mi padre que me busca, es por él quien busco refugio en este cerro que ve cómo duerme tranquila esta enorme ciudad que cierra sus ojos a mi realidad, esta ciudad que entre fiestas y tragos hace oídos sordos a mis gritos de auxilio, ya me vio, soy nuevamente su presa, comenzó su festín, ya bajó mis pantalones, es mi padre, porqué no lo entiende?, es mi padre…


Lucrecia.

1 comentario:

Horacio Mario Aguilar dijo...

Enjugo tu lágrima con un beso!