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domingo, 2 de septiembre de 2012

Presente

Estoy rendida en un infierno de excremento dulce… gritos, desprecios, historias escabrosas de las que no quiero oír pero me las cuentan… Vomito sangre, la bilis es un manjar que ya no existe, este dulce infierno con mis demonios amados no dejan que me vaya, solo piensan en sus tristezas pero dejan en mi piel marcas imborrables, dolorosas, como las del ganado cuando es propiedad. Infierno amable que se torna a cada instante menos respirable, suéltame, déjame ir de ti, Ángeles infernales, dejen de quemar mis alas con sus gritos de impotencia, no vacíen sus errores en lo poco que queda de luz, suelten mis amarras para volar lejos y probar ese algo… de lo que aun carezco… Lucrecia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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